Mi paso por Roma


El Tévere a su paso por Roma

por Ramón Gaya.

El Tévere se extiende como el brazo
de una madre cansada y perezosa;
sus aguas son de carne entreverdosa
y es blando el ademán, antiguo el trazo

de esa línea curvada de su abrazo;
no es un río presente, es una fosa,
es una tumba viva y temblorosa
que va hundiéndolo todo en su regazo;

y el pescador inmóvil, silencioso,
el "froccio" casi lírico, la rata
repentina, las putas ambulantes,

un pájaro saltando, un "cane" ocioso,
un lujo de basuras -vidrio, lata-,
le bordan dos orillas delirantes.

Fotografía de mi paso por Roma.
Marzo, 2010.