En los peligros hay amor

Hoy está en Murcia Federico Moccia, autor entre otras, de la famosa novela italiana "Perdona si te llamo amor", de la que surge la idea de los candaditos colgados en los puentes como símbolo de amor eterno. Estará en la librería Diego Marín de El Tiro (junto al Campus de Espinardo) hasta las 20 h, presentando su última novela "Carolina se enamora" y firmando sus libros.
Esta mañana el Alcalde de Murcia colgó en nuestro Puente de los Peligros un candado en su nombre, como paso por nuestra ciudad, que lleva inscrito "Murcia quiere a Federico Moccia". No era el único candado allí colgado, le acompañan muchos otros mostrando fechas y nombres de unión de los enamorados. Ahora nuestro río además de suciedad llevará consigo llaves por doquier, pero si el amor lo justifica... amén.

Aquí os traigo una muestra de ellos, pasé esta tarde por el puente y mi alma de reportera no lo pudo evitar... ¿Emma y Mark, seguirán aún juntos? la cadena ya se está empezando a oxidar...

Despedir al amor por sms

Divertida e interesante la opinión de Matías Vallés en el periódico de hoy de La Opinión, aquí os la traigo.
Estos porcentajes hacen pensar... "tanto canalla por ahí suelto".

En su día despertó un notable escándalo que Daniel Day Lewis hubiera roto su relación con Isabelle Adjani por fax. Lionel Ritchie ensayó otra interrupción matrimonial electrónica, y la agraviada pidió ser agraciada con 300.000 euros en manutención, una flagrante incitación al sobrepeso. Por fortuna, los amores adelantan que es una barbaridad, y hoy son comunes las despedidas sentimentales sin necesidad del siempre engorroso contacto personal. Según el último estudio masivo al respecto, el 43% de las mujeres y el 27% de los hombres han sido despachados en alguna ocasión por sus parejas vía un gélido mensaje de texto telefónico.

La disparidad de los porcentajes no implica que los hombres superen en insensibilidad a las mujeres, sino que los varones mienten más y se resisten a confesar sus fracasos. Aunque nadie me ha encuestado, no figuraría en esa estadística porque mis parejas siempre han querido contemplar mi desesperación en vivo. Puedo presumir de ofrecer un espectáculo de elevado dramatismo, que perdería calidad por sms. Sin embargo, recomiendo a los destinatarios de un adiós por mensajería electrónica que no respondan. La parte que se desengancha no podrá resistirse a indagar con un «¿has recibido mi mensaje?», que significará la victoria póstuma del abandonado.

La macroencuesta no aclara si las personas cuyo corazón ha sido despedazado por sms ofrecen un aspecto singular. ¿Se les nota en la cara? La indiferencia evita traumas, y existe una cierta lógica en que las rupturas sean tan efímeras y distantes como las relaciones. También aquí cabe hablar de la bendición de la era internet. Hay tantas parejas que romper a lo largo de una vida, que no puede uno andar tarifando con cada una.

A cambio, deberían popularizarse las reuniones múltiples, en persona o por teleconferencia, que permitieran zanjar varias relaciones a un tiempo. Los vínculos sentimentales son demasiado absorbentes. Por su corta duración, el acto sexual es el único intercambio humano con la velocidad requerida por internet.


Matías Vallés